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La venta de Deutsche Bank entra en pausa, a la espera de un comprador generoso
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(Foto: Lucas Kaufmann)

La venta de Deutsche Bank entra en pausa, a la espera de un comprador generoso

jueves 28 de septiembre de 2017, 10:37h

La venta del negocio minorista de Deutsche Bank en España continúa siendo una incógnita sin despejar. Seis meses después de que la entidad bancaria germana pusiera a la venta sus 230 oficinas, 6 de ellas en Castilla-La Mancha, la operación sigue sin concretarse.

En marzo de este año, Deutsche Bank adoptó la decisión de vender el negocio minorista de la entidad en España, como parte de un plan de reestructuración y saneamiento que afecta a varios de los países en los que el banco germano está presente, como es el caso de Polonia, donde parece que será comprado por el Banco Santander.

La reestructuración de Deutsche Bank se debe a los estragos causados por la sanción impuesta por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por el empaquetado y venta de deuda tóxica. La multa ascendió a 3.100 millones de dólares y otros 4.100 millones de dólares para compensar a los perjudicados de esas operaciones. En total y al cambio, el acuerdo cerrado le costó al banco alemán 6.900 millones de euros.

Deutsche Bank cuenta en España con 16.351 millones de euros en activos, 11.701 millones en depósitos, 700.000 clientes y casi 2.600 empleados. Con estas cifras, la entidad valoró la operación, iniciada en marzo de este año, en 2.000 millones de euros, con la previsión de formalizarla en los primeros seis meses.

Seis meses después, el banco ha rebajado la venta hasta los 700 millones de euros, como consecuencia de la falta de interés de los compradores, que consideraban el precio de venta demasiado elevado. Esta consideración se debe a que la venta se limitaría sólo al negocio de particulares, excluyendo los segmentos de banca privada, grandes patrimonios y banca corporativa. Además, la red de oficinas y empleados obligaría al comprador a hace una reestructuración para adaptarlos a su propia red.

Por ahora, el principal interesado en la compra del negocio minorista Deutsche Bank en España es Targobank, la filial española del grupo francés Crédit Mutuel, que pujó con una oferta de entre 500 y 600 millones de euros. No obstante, todavía no hay nada concretado, quizá en un intento de la entidad alemana de conseguir un comprador dispuesto a desembolsar los 700 millones de euros íntegros.

La segunda entidad en la antigua Novacaixagalicia, ahora denominada Abanca. Esta entidad desea expandirse por el resto de la Península y el FROB le dio luz verde en 2013 para crecer fuera de Asturias y Galicia. Además, el presidente del banco gallego afirma que Abanca en torno a los 1.800 millones de euros de excedente de capital para crecer.

BBVA también se ha interesado por la compra de Deustche Bank, pero su oferta está por debajo de los 400 millones de euros. Además, la posibilidad de compra por parte de una entidad tan grande pone en guardia a los empleados de Deustche Bank, ya que, de cumplimentarse la operación, sería por el interés en los clientes de la entidad, no por su red de oficinas, que se vería abocada a la desaparición.

CaixaBank y Sabadell también mostraron cierto interés, pero hace meses que se retiraron de la puja. También se retiró de la puja ING, pero se espera que la entidad bancaria holandesa pueda reengancharse con el fin de negociar un acuerdo como el que mantenía con el (malogrado) Banco Popular, por el cual sus clientes no tenían que pagar comisiones al utilizar los cajeros del Popular.

Un juicio millonario

Otro motivo para entorpecer el proceso de venta de la filial española de Deutsche Bank es la posibilidad de que la entidad alemana se enfrente a un juicio millonario, cuyo coste podría ascender a los 70 millones de euros.

Esta sombra que se cierne sobre el proceso de venta surge tras conocerse esta semana que el juzgado de instrucción número 60 de Madrid ha admitido a trámite la demanda presentada contra ella por el grupo inversor South Boston, que reclama al banco 3,5 millones por incumplimiento de un acuerdo de exclusividad y hasta 70 millones más por lucro cesante.

La demanda gira en torno a la compra de la planta de Cacaolat en Barcelona, propiedad hipotecada y en manos, por una parte, de BBVA y Santander (22 millones) y por otra, del Sareb (69 millones).

Tras pagar su parte a Santander y BBVA, South Boston buscó financiación para levantar la hipoteca correspondiente al Sareb, para lo cual contactó con varias entidades de crédito, entre ellas Deutsche Bank.

Tras reclamar una gran cantidad de información sobre la operación, Deutsche Bank negó la financiación al grupo inversor, adquiriendo para sí mismo la parte del Sareb. Cabe destacar que sobre South Boston y Deutsche Bank pesaba un acuerdo de exclusividad y confidencialidad.

Por todo ello, South Boston demanda a la entidad germana por un total de 70 millones, en concepto de la repercusión negativa de la operación debido a la ofertas de compra que ya tenía, así como por el plan de negocio para promover la construcción de viviendas en esos terrenos.

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