Talavera, el discurso identitario y el grave deterioro de las finanzas regionales marcan la semana del Día de la Región

Había logrado aprobar su primer presupuesto en tiempo y forma, sin sobresaltos, y el momento dulce le ha durado poco. Ya sabía él que en año preelectoral toda la vigilancia sobre las cuentas era poca. Ya sabía él que el año es complicado, que arrastra un déficit estructural por el esfuerzo hecho para tratar de cumplir por primera vez el objetivo de estabilidad el año pasado, cosa que finalmente no logró. Se lo amargó fundamentalmente la tele regional, el consejero de Sanidad y algunos entes instrumentales, que se fueron de largo en los gastos y alguno de ellos acumulando facturas millonarias sin pagar. Él -que tiene verbo fácil y pocos complejos- le echó la culpa a la Universidad.

El 24 de mayo tuvo uno de esos momentos en los que hubo de retratarse. Fue en el Parlamento a petición de la oposición, en un debate general para hablar sobre el déficit presupuestario. Y sacó pecho y se apuntó al triunfalismo oficial y se refirió al déficit de febrero, que no era bueno, pero se prestaba a malabares. De sobra sabía que el de marzo era malo, muy malo, pésimo. El dato oficial se haría público el 29, apenas tres días laborables después. Así estaba anunciado. Entre el 24 y el 29, clm21.es ya anticipaba que el dato de marzo sería pésimo, tanto que se sobrepasaría el límite para todo el año y lo fundamentaba en el saldo presupuestario y en otros datos como las facturas pendientes de pago y se informaba del comportamiento de los ingresos y gastos, los de aquí y los del resto de comunidades… finalmente ha sido así. No era la primera vez que clm21.es advertía de esta situación. El 24 de abril ya anticipaba que el dato del déficit de marzo “será extremadamente preocupante” Y, efectivamente, el dato pinta mal, Castilla-La Mancha es la región española que tiene el mayor déficit.

Las finanzas del gobierno del presidente García-Page se deterioran a pasos agigantados y pueden provocar un buen boquete. Al gobierno le da lo mismo; construye un discurso para los medios de comunicación y ya está. Y el medio que se desmarque, se queda sin publicidad. ¡Pues vale!

Como si los lectores de esos medios no tuvieran el derecho constitucional a estar informados, por ejemplo de los actos del día de la Comunidad. El día de todos fue en Talavera. Y es que la segunda ciudad en población se ha convertido en objetivo electoral y tablero de la madre de todas las batallas de cara a la cita electoral del 26 de mayo del año que viene. El gobierno se mueve en el anuncio y las líneas de ayudas. El PP quiere que el gobierno tenga algo más que gestos con la ciudad, porque Talavera necesita dinero e infraestructuras para acometer la dura crisis que le afecta. Pero el gobierno busca la efectividad en las subvenciones a las personas en vez de en las obras. Eso cuesta menos, da resultados a corto…Y deja a Talavera sumida en la crisis.

El gobierno regional también se afana en un discurso identitario territorial en el que señala al diferente y aplica el apartheid sobre el discrepante, incluidos los del propio partido. Se busca la unanimidad. A los rivales se les niega los sentimientos de patria chica y son culpables de todos los males, porque no tienen alma ni quieren a su tierra, porque no son de aquí o por cualquier otro motivo laico. Es un discurso viejo, que se da otras tierras y se dio en otros países en otros tiempos. Lo curioso es que este gobierno enseguida critica cuando ese discurso se da en otras zonas del mapa nacional. Claro que, la verdad sea dicha, luego no duda en que sus vicepresidentes se reúnan para “poner de manifiesto la voluntad de ambos gobiernos en la defensa de la democracia y las libertades".

En unas horas se vota la moción de censura. Apresurada en la presentación -ganas de llegar- y apresurada en debatirse -ganas de quedarse-. Ahora hace falta saber en qué se traduce todo esto para el pueblo llano, vamos si la subida de las pensiones se mantiene o la moción de censura la hace caer, si suben las retribuciones de los empleados públicos en los términos pactados o si también cae la medida, si se igualan las retribuciones de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado o deben seguir esperando. Bastaba con haber esperado 15 días en presentar la moción para que no se viesen afectadas las cosas de comer de muchos ciudadanos. Pero hay prisas. Y los inversores lo notan y actúan en consecuencia: baja la Bolsa y sube la prima de riesgo. Eso es algo que, aunque suene lejos, nos afecta directamente. Vaya por delante que una subida de la prima de riesgo supone un aumento del pago de intereses por nuestra deuda. Y eso, en el caso de las Comunidades, supone que ese dinero debe salir del gasto social. Empeora también los ajustes contables y aumenta el déficit. Y ya estamos al principio de esta crónica. Puestos a presentar la moción de censura, hubiese sido mejor esperar y aprovechar la espera para tranquilizar los ánimos de todos.

Pero los políticos andan a lo suyo, a que les santifiquen, a ganarse su futuro, a los cálculos electorales… Y los que llegaron con el “no nos representan” a cambiar el sistema a garantizar los derechos de los ciudadanos han empezado por garantizarse los propios -que algunos injustamente les niegan-. Los del resto de los españoles pueden esperar. Lo de la pobreza energética, lo de las soluciones de habitabilidad se queda en contadas subvenciones en lugar de atajar las causas. Los alquileres se disparan en la ciudades donde gobiernan. Eso a ellos, que ya están arriba, no les afecta. Y uno se alegra por ellos y se entristece por los afectados por la nueva burbuja de la vivienda.