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El crecimiento de CLM pierde fuerza desde la aplicación de los primeros presupuestos de García-Page
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(Foto: Cortes CLM)

El crecimiento de CLM pierde fuerza desde la aplicación de los primeros presupuestos de García-Page

domingo 19 de agosto de 2018, 17:35h
Es la serpiente de verano… y de invierno. Cada cierto tiempo, el gobierno regional emite un comunicado sobre el crecimiento económico de la región. La última este mismo mes. Y en todas, Castilla-La Mancha o está entre las Comunidades más dinámicas o crece por encima de la media nacional. Es una realidad paralela, la de los comunicados de prensa, que contrasta con los datos que ofrece el propio Instituto de Estadística de Castilla-La Mancha (IES).

Según el IES, Castilla-La Mancha lleva siete trimestres consecutivos creciendo por debajo del conjunto de España. Esta tendencia, sin embargo, es obviada por el gobierno a la hora de elaborar sus políticas presupuestarias y económicas. El resultado: se agudiza la diferencia en el crecimiento.

A pesar de las manifestaciones oficiales, los datos del Instituto de Estadística regional confirman la desaceleración y un crecimiento inferior a la media de España

El gobierno ultima en estas fechas el borrador del proyecto de ley de presupuestos para el año que viene y ya ha adelantado las cifras de crecimiento en las que porfía, que no son las de su propio servicio de estudios estadísticos, sino de centro privados que arrojan unas perspectivas favorables, que, la realidad ha demostrado que terminan por no alcanzarse.

Mirando los datos que ofrece el Instituto de Estadística, se constata que el PIB castellano-manchego había logrado superar en crecimiento al nacional en el segundo trimestre de 2015, justo antes de que tomase posesión el nuevo gobeirno. La tendencia se mantuvo al alza en el siguiente trimestre. Pero, ya con el nuevo gobierno se inició un proceso de caída trimestre a trimestre hasta que en diciembre de 2016, cuando los niveles de crecimiento del PIB nacional alcanzan a los de Castilla-La Mancha. Durante 2017 y 2018 los datos de crecimiento del PIB de Castilla-La Mancha se han mantenido todos en todos los periodos por debajo de los índices nacionales, salvo en dos ocasiones (tercer y cuarto trimestres de 2017), en el que el porcentaje fue el mismo.

El 22 de abril de 2016 las Cortes aprobaron los presupuestos para ese año. Eran los primeros del gobierno actual, que anuncia un giro a la política económica y social de Castilla-La Mancha. Hasta esa fecha, el gobierno del presidente García-Page había venido aplicando los últimos presupuestos aprobados por el gobierno anterior, del Partido Popular. Es en abril de 2016 cuando empieza el verdadero cambio en la Comunidad.

CLM ha pasado de crecer por encima del conjunto a hacerlo por debajo

La economía regional venía de ir creciendo trimestralmente en los periodos anteriores por encima de la media nacional, lo que ocasiona que que en el segundo trimestre de 2015 el PIB regional crezca en tasa interanual al mismo ritmo que el de España y en los siguientes la Comunidad crezca con más vigor que el conjunto del país. La cosa dura hasta que el nuevo gobierno aprueba sus presupuestos en abril de 2016 y los pone en ejecución. Y la tendencia cambia, el crecimiento de la economía castellano-manchega se debilita y Castilla-la Mancha cierra 2016 con un crecimiento de su PIB por debajo del que registra España (del 2,9% regional, frente al 3% nacional).

El gobierno regional del presidente García-Page mantiene sus políticas económicas en los presupuestos de 2017 y 2018 y la situación se agrava trimestre a trimestre, hasta el punto de que si en junio de 2015 cuando García-Page llegó al poder, la economía regional crecía a un ritmo en tasas trimestrales del 0,9% (del 1,2% en el tercer trimestre de 2015) y anuales del 3,4 (y 4,3% en el tercer trimestre) en la actualidad se crece a ritmos trimestrales del 0,5% y anuales del 2,4%.

La desaceleración regional coincide con un periodo de estabilidad del crecimiento nacional. En concreto, en el último trimestre de 2016 y en el primer trimestre del año pasado se producen los primeros resultados que advierten del cambio de tendencia y son obviados por el gobierno. El resultado: la economía regional crece desde entonces en tasas interanuales entre el 2,6% y el 2,4%, al tiempo que las española los hacen entre el 3% y el 3,2%.

Lejos de corregir sus políticas, de acelerar las inversiones, de imprimir ritmo en la gestión presupuestaria, de mantener la estabilidad y el equilibrio de las finanzas públicas, el gobierno mantiene la senda trazada y una preocupante gestión de los fondos públicos para dinamizar los sectores productivos de la economía regional. La mala orientación y la mala gestión se traducen en un debilitamiento del crecimiento económico.

Y cuanto más sucede, cuando aparece algún dato oficial negativo, el ejecutivo regional saca a pasear la serpiente de verano. Y lo hace con titulares como: “Castilla-La Mancha crecerá en 2018 al mismo ritmo que la media nacional, según los últimos estudios publicados por BBVA Research y CEPREDE” (agosto 2018). Claro que el 2 de febrero había dicho “Las previsiones estiman que Castilla-La Mancha crecerá por encima de la media nacional varios años consecutivos (Según BBVA Research)” y un día antes, el 1 de febrero había ido un poco más allá: “El Gobierno regional valora que las previsiones sitúen a Castilla-La Mancha como la segunda Comunidad Autónoma con mayor crecimiento en 2017 y 2018 (Tras la publicación de las estimaciones mensuales de crecimiento del PIB de Ceprede)”. Un titular prácticamente parecido con el difundido el 12 de diciembre de 2017: “Con un crecimiento del PIB del 3,4 por ciento, las previsiones económicas estiman que Castilla-La Mancha será la segunda comunidad autónoma que más crezca este año”.

Los datos del Instituto de Estadística de Castilla-La Mancha nada tienen que ver con ese optimismo, con ese sacar a pasear la serpiente.

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