En el caso de Castilla-La Mancha, la situación de regreso a los mercados para obtener créditos es casi imposible y ello le ha llevado a aumentar su dependencia del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para poder obtener préstamos, teniendo como salvavidas al gobierno central. En la actualidad, el 76% de la deuda de Castilla-La Mancha es con el Estado, al que debe 11.000 millones de euros. En el caso de Valencia es el 84,2%, en el de Murcia el 82,7% y en el de Andalucía el 79%. La media autonómica es del 60%. Cada vez son más los organismos estatales e internacionales, entre los que se incluye el Fondo Monetario Internacional, que apuestan por la retirada del FLA y de los otros mecanismos extraordinarios de financiación para que las Comunidades se financien como puedan según las reglas del mercado. Una decisión que de aplicarse en sus justos términos pondría en serias dificultades la gestión de los servicios públicos de algunas regiones, entre ellas Castilla-La Mancha. Nuestra Comunidad tendría serias dificultades para obtener créditos del sector financiero privado y de hacerlo debería pagar un coste muy elevado por su alto riesgo.
Entre las regiones con mayores dificultades según todos los ratios
7.228 euros por cada habitante, que deberían trabajar 120 días para pagar la deuda del gobierno regional
Castilla-La Mancha presenta la cuarta mayor deuda por habitante. Con 7.288 euros per cápita, nuestra Comunidad ocupa la cuarta posición tras Cataluña (10.501 euros), Valencia (9.614) y Baleares (7.596). La media autonómica es de 6.303 euros.
También es la segunda región con mayor porcentaje de deuda referenciada a su PIB, tras Valencia y la tercera cuando se pone la necesidad de endeudamiento en relación a sus ingresos corrientes. En concreto tiene un porcentaje del 29,4%, sólo superado por Valencia (48,1%) y Cataluña (45,9%). La media autonómica es del 25,3%.
En términos de trabajo, cada castellano-manchego tendría que dedicar 120 días de su trabajo anual para pagar la deuda del gobierno regional. Es la segunda cifra más alta, tras Valencia, que tiene la equivalencia en 154 días. La media del conjunto autonómico es de 89 días. Si a la deuda autonómica se le suma la del Estado, los castellano-manchegos seríamos los más hipotecados de España, y tendríamos que dedicar 465 días de trabajo a pagar la deuda
Rating de bono basura especulativo
Según el rating o calificación de la agencia Moodys, la deuda de Castilla-La Mancha está en el primer escalón del bono basura (“calidad de crédito cuestionable. Futuro incierto, pero con capacidad actual de pago”) y grado de no inversión, especulativo
La Comunidad debe 11.000 millones de euros al Estado
Nuestra Comunidad destina anualmente a gastos financieros más de 200 millones de euros, en su mayoría para el pago de los intereses de la deuda viva y en menor grado a cubrir el coste de las nuevas operaciones de refinanciación. Según el escenario macro financiero que baraja, la AIReF estima que el crecimiento nominal del tipo de interés llegará al 4,2% entre 2020 y 2021, siete décimas por encima del que se contabiliza en 2018 y que el tipo medio implícito hasta 2048 será del 3,3%. Un incremento de los tipos supondrá que la Comunidad tenga que destinar recursos adicionales al pago de los intereses en detrimento de los servicios públicos.
Bajo un escenario de política “incambiante” (supone que a partir de 2018 se mantiene el mismo saldo primario, independientemente del nivel de deuda o su dinámica), la AIReF estima que “sólo cinco comunidades alcanzarían una ratio de deuda inferior al 13% del PIB en los próximos 30 años (Islas Canarias, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco). La senda de deuda se volvería insostenible en muchas Comunidades Autónomas y también a nivel de Administraciones Públicas. Bajo los supuestos del escenario normativo, antes de 2040 todas las Comunidades, menos Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Murcia y Cataluña, lograrían alcanzar el límite de referencia del 13%”. En ese escenario, Castilla-La Mancha lograría mantener su senda de reducción de deuda, que pasaría del 35,7% de su PIB en 2018 al 32,1% en 2027 y se mantendría por encima del 13% hasta al menos 2048.
Aunque Castilla-La Mancha ha elevado su apalancamiento en términos absolutos, el crecimiento económico supone que la deuda haya ido disminuyendo en relación al Producto Interior Bruto. La debilidad financiera de nuestra Comunidad la ha llevado a tener un objetivo de endeudamiento singular, diferenciado del conjunto autonómico. Así si las regiones españolas pudieron cerrar 2018 con una deuda equivalente al 24,1% del PIB y en 2019 hacerlo con el 23,3%, Castilla-La Mancha no podía llegar hasta el 35,3% en 2018 y al 34,1% en 2019. A falta de conocer los datos al cierre del año, los del tercer trimestre anticipan que nuestra Comunidad se aproxima a los 15.000 millones en deuda. Cuatro años antes la Comunidad cerró con 12.858 millones de euros y ocho años antes (2010) con 6.110 millones.
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