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Avanza la fusión Liberbank-Unicaja con acuerdo en los ajustes de personal y desacuerdo en la estructura accionarial
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Avanza la fusión Liberbank-Unicaja con acuerdo en los ajustes de personal y desacuerdo en la estructura accionarial

  • El reparto de poder vendrá determinado por el resultado de las auditorias previas a la fusión

domingo 11 de octubre de 2020, 21:08h
Si hay una cuestión en la que están de acuerdo Unicaja y Liberbank es en reducir costes de explotación, fundamentalmente mediante el adelgazamiento de la plantilla de la entidad resultante en un entorno del 10%. A finales de junio Liberbank (3.070 empleados) y Unicaja Banco (5.952) sumaban 9.022 trabajadores a los que habría que añadir otros 322 del grupo malagueño. Precisamente la disminución de los gastos y el aprovechamiento de las sinergias es la causa que está detrás de los procesos de fusiones de las empresas financieras que ven cómo sus ingresos por márgenes de intereses sufren con el precio del dinero en mínimos y que abordan con cautela su política de comisiones, la otra gran cuenta de ingresos, a fin de evitar la fuga de clientes a la competencia.
Y aunque hay acuerdo en el modelo de negocio y en la reestructuración del consejo de administración hacia abajo, las dificultades siguen estando como en el reparto del poder en la resultante en cuanto a estructura de capital y en la distribución del consejo.

Ese reparto fue una de las dos causas principales, junto a la necesidad de ir a una ampliación de capital impuesta por el Banco Central Europeo, la que hizo descarrilar el primer intento de fusión en mayo del año pasado.

Liberbank, que ha hecho los deberes y ha ahondado en el saneamiento de sus activos y ha fortalecido sus balances, sigue manteniendo una distribución del 45% para ellos y el 55% para Unicaja, aunque el peso por activos sea del 42,1% frente al 57,9% de los malagueños o el de valor bursátil del 36% de los asturianos frente al 64% de los andaluces y además Unicaja presente mejor ratio de capital de calidad, con un 14,4% de CET-1 frente al 14% de Liberbank.

Serán las auditorias previas sobre las dos entidades (due diligence) las que determinen el margen de flexibilidad y de negociación por ambas partes, aunque en esta ocasión se espera que el proceso vaya a buen fin y no ocurra lo que el año pasado, cuando la fundación que controla la caja andaluza mantuvo su postura de controlar el 30% de la resultante, lo que finalmente hizo descarrilar la operación.

La otra condicionante en el proceso de 2019, la de ampliación de capital impuesta por el Banco de España para fortalecer a la nueva entidad fundamentalmente a la vista de las minusvalías que presentaban los bonos italianos a los que estaban expuestos ambas compañías.

El tercer actor que intervino en el procedimiento anterior, Abanca, no ha dado señales de vida. A finales de 2018, el banco resultante de las antiguas cajas gallegas mostró su interés por Liberbank con un intento de fusión mediante una OPA a los accionistas privados y de canje de participaciones a los institucionales. Ese movimiento hubiera permitido al banco controlado por el venezolano Juan Carlos Escotet ganar cuota de mercado y/o hacerse con el liderazgo en Asturias, Cantabria, Extremadura y Castilla-La Mancha, además de en Galicia y tener presencia destacada en provincias de Castilla y León.
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