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Cae el gasto por habitante y aumenta el riesgo para las finanzas públicas de CLM por la indisciplina fiscal del gobierno regional
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Cae el gasto por habitante y aumenta el riesgo para las finanzas públicas de CLM por la indisciplina fiscal del gobierno regional

martes 17 de abril de 2018, 20:27h

El gobierno de Castilla-La Mancha gasta menos por habitante en cubrir los servicios públicos de lo que gastaba en 2013. En concreto, el gasto no financiero por habitante del gobierno del presidente García-Page se ha reducido en dos puntos en 2017 en relación a 2013, según revela el informe sobre “Las finanzas autonómicas 2017” elaborado por Ángel de la Fuente, director de la Fundación Española de Economía Aplicada (FEDEA) y miembro de la comisión de expertos sobre financiación autonómica.

Un informe del director de FEDEA y miembro de la comisión de expertos sobre financiación autonómica aconseja aumentar la vigilancia sobre las cuentas de las CCAA, especialmente sobre el cumplimiento de la regla de gasto y la reducción del endeudamiento

El informe sitúa a Castilla-La Mancha como la segunda Comunidad Autónoma con peor saldo presupuestario (diferencia de ingresos y gastos) durante los años 2016 y 2017, con un crecimiento tan sólo del 0,09%.

En relación al gasto por habitante, el informe toma como base 100 el gasto que se hacía en 2003. En 2013, en Castilla-La Mancha el gasto había crecido 9 puntos hasta el 109 y se situaba por encima de la media nacional que era de 108. En 2017 el gasto en Castilla-La Mancha se había reducido dos puntos hasta el índice 107, mientras que el del conjunto autonómico había subido hasta 113.

Otro de los datos preocupantes que se desprende del informe es que la inversión por habitante del gobierno de nuestra Comunidad ha caído un 70% desde 2003 y desde 2013 se ha reducido a la mitad. Es la región española donde la caída de la inversión autonómica es mayor.

Respecto a la evolución de los ingresos y gastos, la recaudación ha crecido en Castilla-la Mancha un 0,14% durante los dos años completos de mandato del gobierno de García-Page, mientras que a nivel nacional el incremento ha sido del 0,38%. A pesar de los menores ingresos el gasto ha crecido un 0,05%, mientras que en la media autonómica se ha reducido un 0,14%.

Este hecho viene a explicar las razones por las que las finanzas de Castilla-La Mancha presentan peor estado que el resto de las regiones, habiendo incumplido el gobierno en los dos años el objetivo de déficit.

El mejor comportamiento de los ingresos se ha debido fundamentalmente a dos elementos que no son regulares y que pueden no repetirse, como son una mayor aportación del Estado a nuestra Comunidad por un mejor comportamiento de los ingresos nacionales y una reducción de los gastos por intereses de la deuda.

De hecho, estas razones vienen señaladas en el informe de FEDEA que destaca que “aunque la situación presupuestaria de las Comunidades Autónomas ha mejorado muy sensiblemente en los últimos ejercicios, el análisis que se realiza revela que persisten algunos factores preocupantes de vulnerabilidad. La mejora del saldo presupuestario regional que se observa desde 2015 se debe en parte a dos factores que podrían ser atípicos o no sostenibles en años futuros: unas liquidaciones del sistema de financiación que han sido muy favorable para las autonomías como resultado de un crecimiento mayor de lo previsto de los ingresos en un momento de cambio de ciclo y un nivel de gasto en intereses que, tras la fuerte reducción de 2015, se mantiene muy bajo en relación al stock de deuda gracias a las favorables condiciones financieras que en estos años ofrecen el FLA y los demás mecanismos estatales de liquidez autonómica. Otro factor a considerar tiene que ver con el comportamiento de las partidas de inversión que, pese a mostrar finalmente algunos síntomas de recuperación, 2 continúan a un nivel insosteniblemente bajo. Previsiblemente, su necesaria recuperación también presionará al alza el déficit de los próximos ejercicios”.

El análisis de las series de gasto e ingreso autonómico realizado por el director de FEDEA revela un fuerte incremento del gasto de las Comunidades Autónomas “entre 2003 y 2009 que se traduce en un rápido deterioro de la situación financiera de las comunidades autónomas una vez los ingresos dejan de crecer con el inicio de la crisis y especialmente en 2010 y 2011, que es cuando la caída de ingresos llega con toda su fuerza a las cuentas autonómicas en Contabilidad Nacional. Entre 2011 y 2013 se observa una mejora significativa de los saldos presupuestarios regionales como resultado de un apreciable recorte del gasto y de la recuperación parcial y posterior estabilización de los ingresos. En 2014 y 2015, sin embargo, los déficits autonómicos tienden a estancarse y las comunidades incumplen con claridad sus objetivos de estabilidad presupuestaria. Finalmente, en 2016 y 2017 se produce un avance muy significativo en la reducción del déficit presupuestario de las autonomías en un contexto de rápido crecimiento del PIB y de los ingresos. Las CCAA cerraron 2017 con un déficit presupuestario del 0,32% del PIB, cumpliendo así holgadamente sus objetivos presupuestarios por primera vez desde el inicio de la crisis”.

En el caso de Castilla-La Mancha, el déficit alcanzó el 0,72% del PIB, rebasando el límite que estaba establecido en el 0,6%. Como ha publicado clm21.es, el gobierno del presidente García-Page ha incumplido también la regla de gasto en 2017, al hacerlo crecer un 3,2% sobre 2016 cuando el límite estaba en el 2,1%. En el caso de la deuda pública, nuestra Comunidad presenta la segunda más elevada en relación al PIB y ha cumplido por tan sólo una décima el objetivo de endeudamiento al quedarse en el 36% del PIB (incluidas las excepciones), una décima por debajo del límite. La debilidad financiera de Castilla-La Mancha hace que nuestra región tenga concedido uno de los límites más altos de endeudamiento. El conjunto de las regiones tienen el listón en el 24,1%. La deuda pública de Castilla-La Mancha batió récord en 2017 y alcanzó los 14.430 millones de euros.

En las conclusiones de su estudio, Ángel de la Fuente señala que “sería muy arriesgado relajar la vigilancia sobre las cuentas de las CCAA y en particular sobre el cumplimiento de la regla de gasto. De cara al futuro, la experiencia del complicado ciclo económico y fiscal que ahora se cierra apunta a la conveniencia de mantener la regla de gasto como núcleo esencial del mecanismo de disciplina fiscal, reforzándola con un freno de deuda que ayude a moderar el endeudamiento y complementándola con la introducción de un Fondo de Reserva cuya misión debería consistir en facilitar el alisado del gasto a lo largo del ciclo y no en intentar blindar una senda de necesidades de gasto calculada sin referencia alguna a la evolución de la renta nacional y por lo tanto no necesariamente sostenible”.

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