El gobierno regional gastó hasta junio 230,6 millones de euros por encima de lo que ingresó

Este saldo por operaciones no financieras se produjo al haber recaudado 2.300,24 millones de euros y haber realizado reconocimiento de obligaciones de pago por valor de 2.530,88 millones. Es el peor dato mensual en lo que llevamos de año. En relación al mismo mes del año pasado, cuando el déficit fue de 124,54 millones de euros, el deterioro del saldo presupuestario es del 85,19%. En comparación con mayo de 2017, el gobierno ha mejorado la recaudación en 54 millones de euros, pero ha aumentado sus gastos en 152 millones.

Las principales partidas que han provocado la fuerte desviación han sido los gastos de funcionamiento (compra de bienes corrientes y de servicios), que en mayo habían alcanzado el 43,39% de lo previsto para todo el año, casi dos punto por encima de la media; y los gastos financieros, que ya se han ejecutado en un 44,2%. Todos los capítulos de ingresos están por debajo de la media mensual prorrateada, siendo los más afectados por los bajos niveles de recaudación los fondos de transferencias corrientes y de capital. Los ingresos por transferencias corrientes más importantes engloban los fondos de suficiencia global, de garantía de los servicios y de cooperación, que forman parte del modelo de financiación y cuyas cuantías debe transferir el Ministerio de Hacienda.

El saldo presupuestario es el dato básico a partir del cual se calculan las necesidades de financiación de la Comunidad y se determina su nivel de déficit. En marzo, con un saldo presupuestario negativo de 106 millones de euros, el déficit de Castilla-La Mancha tras aplicar los ajustes en términos de contabilidad nacional, alcanzó el 0,45% del PIB, sobrepasándose el límite del 0,4% establecido para todo el año.

Entre los ajustes que se aplican al saldo presupuestario para obtener el déficit, figuran los comportamientos económicos de otros organismos e instituciones públicas, como la Universidad, la televisión regional y el sector empresarial de la Junta, los intereses devengados, los ingresos inciertos, las liquidaciones negativas del sistema de financiación, las facturas no incluidas en el presupuesto o las transferencias de la Unión Europea.

En sus planes para 2018, el gobierno regional había cifrado que a final de año, el saldo por operaciones corrientes sería de 75 millones de euros. A finales de mayo había alcanzado los 132 millones de euros. Para las operaciones de capital, el gobierno puso sobre el papel cerrar el ejercicio con un saldo deficitario de 153 millones y en mayo era de 51 millones.