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El consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina, interviene desde la tribuna en el Pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha.
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El consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina, interviene desde la tribuna en el Pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha. (Foto: Ignacio López // JCCM)

Tres años en las finanzas públicas: “De la situación muy preocupante”, al riesgo de sostenibilidad financiera (AIReF)

domingo 08 de julio de 2018, 20:00h
“La situación económico-financiera… es muy preocupante, al superar ya con creces el objetivo de déficit para todo el año, presentar un alto nivel de ejecución del presupuesto de gastos, con graves agujeros contables, y contar con una tesorería sin apenas liquidez.” Estas palabras, pronunciadas por el consejero de Hacienda en agosto de 2015 cuando el nuevo gobierno echaba a andar, bien pudieran aplicarse total o parcialmente a la situación actual, al cumplirse los tres años de Emiliano García-Page en la Presidencia de Castilla-La Mancha.

Los males de las finanzas públicas que Ruiz Molina, recién nombrado consejero, enumeraba el 27 de agosto de 2015 desde la tribuna de las Cortes al relatar cómo se había encontrado las cuentas el nuevo Ejecutivo, lejos de haberse resuelto, en su mayoría se han agravado tras tres años de gobierno. El gobierno no ha cumplido ni un solo año el objetivo de déficit, en algunos de los ejercicios ha incumplido la regla de gasto, ha aumentado la deuda financiera y también la deuda con proveedores, mantiene un ritmo similar de ingresos y gastos y ha aumentado las tensiones de tesorería. Todo ello a pesar de haber incrementado los impuestos propios. Un deterioro que contrasta con la mejoría del conjunto de Comunidades Autónomas.

En ninguno de los tres años de mandato el gobierno ha cumplido los objetivos de déficit

Y es que las intenciones, las promesas, los planes y programas topan con una realidad: el dinero disponible para llevarlos a cabo. Ruiz Molina definió el escenario que se encontró hace tres años como de “escaso margen de maniobra”. Tres años después y, a pesar de contar con 733 millones disponibles más que en 2015, ese margen se ha estrechado aún más.

Según los documentos oficiales, a finales de abril de este año el déficit de la Junta de Comunidades era del 0,51% y supera en un 27,5% el límite establecido para todo el año. Ese mismo mes de hace tres años, el déficit de la Junta era el 0,39% cuando el límite anual estaba establecido en el 0,7%.

Se alarmaba el entonces recién nombrado consejero en su intervención ante las Cortes porque en junio de 2015 “el anterior Gobierno regional acumuló a 30 de junio un déficit en términos de contabilidad nacional del 0,84% del Producto Interior Bruto (PIB)”. Al año siguiente, en junio de 2016, el déficit del nuevo gobierno era del 0,80% y en junio de 2017 llegaba al 0,99%, cuando el límite anual de obligado cumplimiento era más bajo que el de 2015.

El balance de tres años de gobierno anota en la gestión de las finanzas públicas por parte del gabinete de García-Page el incumplimiento todos los años de los respectivos objetivos de déficit establecidos para las Comunidades Autónomas. Este incumplimiento reiterado se ha traducido en recortes del gasto en servicios públicos para compensar las desviaciones. El gobierno regional del presidente García-Page ha tenido que presentar varios planes de ajuste para poder seguir recibiendo financiación a través del Fondo de Liquidez Autonómica, que es la vía que le permite conseguir dinero a crédito para pagar a proveedores y los vencimientos de créditos anteriores.

La deuda pública se ha elevado en 1.306 millones de euros, un 9,95%

La elevada deuda de Castilla-La Mancha ha llevado recientemente a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal a considerar a la región en alto riesgo de sostenibilidad fiscal. A finales de marzo de 2018 el gobierno debía 14.444 millones a los bancos, 1.306 millones más que hace tres años (9,95%), cuando junio cerró con un endeudamiento de 13.138 millones. El porcentaje sobre el PIB apenas ha variado y ha pasado del 35,9% al 35,7%.

A esta deuda financiera hay que sumar la no financiera, que está compuesta por las facturas pendientes de pago y los derechos de ayuntamientos, empresas y organizaciones sociales y familias de subvenciones y ayudas pendientes de recibir. En junio de 2015, la deuda no financiera de Castilla-La Mancha era de 314,19 millones de euros. Tres años después esa deuda es de 326,7 millones de euros (últimos datos oficiales publicados referidos al mes de marzo de 2018).

Los incumplimientos de los objetivos fiscales marcados por ley han provocado medidas de ajuste y recortes por el gobierno regional en esta legislatura

Una de las constantes del actual equipo de Hacienda ha sido tratar de conseguir la disciplina fiscal y financiera. Para ello, ha ido rebajando la sobrevaloración de los ingresos propios y ha sometido a un estrecho control al SESCAM, que gasta cuatro de cada 10 euros de la Junta. Sin embargo el elevado ritmo de gasto y las desviaciones importantes de algunas partidas motivó el año pasado algunas cartas de advertencia por parte de la Intervención General del Estado y del Ministerio de Hacienda, en las que se conminaba al gobierno a volver a la disciplina fiscal. En otras ocasiones ha sido el secretario de Estado el que ha remitido escritos de advertencia a la Consejería de Hacienda por los incumplimientos registrados, llegando incluso a desplazarse a Toledo para mantener una reunión con el equipo de la Junta para tratar de poner orden en las cuentas de la Comunidad.

Otro de los objetivos de los responsables del gobierno regional ha sido ir reduciendo el periodo medio de pago a los proveedores, pero los esfuerzos realizados el pasado año para cumplir el déficit y el cambio del modelo de cálculo para hacerlo más real, le ha llevado a incumplir ese plazo en los últimos meses.

En materia de gastos, cuando Ruiz Molina se hizo cargo de la Consejería consideraba preocupante el alto nivel de ejecución en junio de 2015 que le tocaba heredar. En junio de 2015 el nivel de gasto no financiero con el que se encontró el nuevo consejero era del 40,27%. Un año después en junio de 2016 era del 41,22% y en junio de 2017 era del 42,52%.

En cuanto a los ingresos, la Junta mantiene una gestión por debajo del conjunto de las Comunidades Autónomas. En junio de 2017, la recaudación a finales era del 41,17%. En junio de 2016 era del 40,34. En junio de 2015 era del 40,1%. Un factor determinante en la evolución de la recaudación es el de las entregas a cuenta por parte del Estado, ya que las aportaciones del Estado representan el mayor porcentaje de los ingresos que tiene nuestra Comunidad, que en esta legislatura se ha beneficiado con aportaciones extras por las liquidaciones positivas de las entregas a cuenta de años anteriores.

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