CLM llega a la reunión de consejeros de Hacienda con la necesidad de que se aprueben mayores márgenes de déficit a las Comunidades

La queja de las regiones que han subido los impuestos, especialmente la de Castilla-La Mancha, es que la actuación de las regiones que rebajan sus impuestos atrae a residentes de otras Comunidades, que pierden capacidad recaudatoria y de financiación, no sólo por este impuesto. Mientras, las regiones que han bajado sus impuestos defienden que lo hacen dentro del principio de autonomía y que eso no impide al resto aplicar los mismos criterios. Otro tanto ocurre con el impuesto sobre el Patrimonio, que en algunas regiones está bonificado al 100%. Esta bonificación era general en época de Rodríguez Zapatero. Se consideró que esta figura impositiva, que no existe en los países de la Unión, es anacrónica y debía desaparecer porque gravaba doblemente la renta. Con la crisis y las necesidades de dinero hubo algunas regiones que lo recuperaron suprimiendo esa bonificación del 100%. El gobierno de Castilla-La Mancha presupuesta y recauda en torno a los 16 millones de euros anuales por este impuesto.

En cuanto a la ampliación del límite de déficit, el gobierno de Castilla-La Mancha llega a la reunión con un saldo presupuestario negativo de casi 400 millones de euros al final del primer semestre, lo que anticipa que una vez realizados los ajustes contables, el déficit en términos de contabilidad nacional podría superar el 1% a esa fecha, cuando el tope para todo 2018 es del 0,4%. Y si esta es la situación en 2018, las previsiones realizadas por la Autoridad Independiente de responsabilidad Fiscal (AIReF) para 2019 sitúan el déficit en el 0,6%, cuando el autorizado es del 0,1%.

El presidente del gobierno ya anunció que tras ampliar la senda de déficit total del Estado en cinco décimas trasladaría dos de esas décimas a las Comunidades Autónomas en 2019, ampliando el límite del 0,1% al 0,3%. Pero no se ha producido ningún compromiso expreso para 2018, porque el Ejecutivo central tiene un escenario en el que calcula que su déficit propio, el de sus presupuestos, puede sufrir esa variación y necesitar esas cinco décimas de 2018.

La situación de las finanzas castellano-manchegas es muy delicada y sin las ampliaciones de los límites tanto para 2018 y 2019 y sin un nuevo modelo de financiación que le inyecte más dinero, abocan al gobierno del presidente García-Page a realizar una labor de recorte de los gastos sociales, tanto para este año como para el que viene, lo que se considera un muy mal escenario para afrontar la campaña electoral de las próximas autonómicas de mayo del año que viene. La otra alternativa es dejar una herencia endiablada al gobierno que salga de las urnas, que sería el que tendría que enfrentarse a unos recortes de gastos y a una firme defensa de un nuevo modelo de financiación que le permitiera mayores ingresos.