El acuerdo alcanzado por la entidad y los agentes sindicales reduce un 30% el número de salidas: de 1.885 empleados inicialmente, a 1.110 trabajadores, que abandonarán la compañía mediante bajas incentivadas y prejubilaciones.
Durante la negociación también se han mejorado las condiciones económicas de las bajas. Así, los empleados que superen los 50 años de edad mantendrán el 80% del salario y primas de antigüedad. Para aquellos que tengan menos de 50, Santander ofrece 40 días por año trabajado hasta 24 mensualidades y dos primas en función de la antigüedad. Además, cuenta con los servicios de una agencia de colocación, con el fin de ayudar a recolocar a los empleados salientes en nuevas compañías.
Junto con el ERE, Santander recolocará a más de 500 empleados del Popular en otras filiales del grupo, en base a criterios meritorios.
El recorte de empleo se debe a la necesidad de la entidad de eliminar las duplicidades generadas tras la compra del Popular, por lo que las recolocaciones se harán desviando al personal más específico del Popular a Santander Operaciones y Santander Tecnología.
Si bien este primer ajuste afecta principalmente a las oficinas centrales de la entidad, se espera que en 2019 el Banco Santander acometa un nuevo ajuste en sus más de 4.500 sucursales comerciales por toda España, de las que más de 200 se sitúan en Castilla-La Mancha.